LA BIBLIOTECA, UN LUGAR EN PERMANENTE MOVIMIENTO.
Por Miguel A. Risé*.Todos los días atiendo al público en la Unidad de Información, además trabajo inventariando libros, colocándole a cada obra una etiqueta con un numero clasificatorio (que ubica al documento en la materia a la que corresponde), escribiendo las tres primeras letras del apellido del autor en el medio del tejuelo, el número de inventario al final y catalogándolo (descripción del contenido de la obra con términos clave).
Todo esto va luego cargado en un programa informático en la pc y es incorporado al Catalogo Virtual en www.etpinaroli.edu.ar – Sección Biblioteca.
Al pasar el tiempo los documentos van perdiendo actualidad, pero nunca se descartan o tiran, ya que otro puede necesitarlos.
El bibliotecario está hoy separando libros, revistas y folletos que fueron editados desde el año 1930 en adelante hasta 1980 aproximadamente. Dependiendo del contenido, de la materia y de su relevancia, la obra es seleccionada para ser donada a otra institución o sacada de circulación por deterioro o contaminantes que afectan a otros libros.
Siempre se mantiene el criterio de la orientación de nuestra escuela y además se dejan obras “testimoniales”, es decir, no se sacan “todos” los libros viejos, siempre se dejan obras de resguardo, según autores y contenidos que son trascendentes.
Todas las noches trabajo en este nuevo proyecto que va a redundar en dar espacio a los abarrotados estantes que ya no permiten incorporar más documentos por falta de lugar. Por este motivo se han ofrecido y entregado muchos libros a los distintos Departamentos, a profesores y alumnos con autorización de los directivos, ya que de todas las materias, siempre que la cantidad en existencia lo permita, se han incorporado cuarenta y hasta más sesenta libros en cada área, porque había secciones que tenían hasta cuatrocientos cincuenta libros iguales.
DISTRIBUCIÓN DE OBRAS AL ALUMNADO.
La “colección se mueve”, en toda biblioteca, no debe ser un lugar donde los documentos permanecen años y años juntando suciedad sin que nadie los ocupe. El Bibliotecario debe trabajar incesantemente en brindar la mejor colección posible, actualizada, limpia y ordenada.
El trabajo nunca se detiene en la Biblioteca, siempre hay algo que hacer y muchas veces no alcanza el tiempo para tantas tareas. Por eso encaré varias capacitaciones en pandemia y recientemente, para seguir aprendiendo de éste mundo de saberes.
Telas de araña, polvo por todos lados, manos sucias, microbios, bacterias, hongos, parte de la tarea que casi no se ve, pero que producirá un cambio significativo en la Biblioteca de la Escuela Técnica "Arq. Francisco Pinaroli."
“El profesional de la Biblioteca debe pensar en el usuario, en el otro, no en mi interés o beneficio. Hago lo que hago por los demás, no por mí.”